He entrevistado a Joan Ripollès, un autor diferente, muy especial.
En Quemar el cielo, los juegos sexuales de una pareja de adolescentes, Luna y Salva, seducen al propietario de un hotel. Describes con gran erotismo el interés sexual del maduro hotelero por los jóvenes. Está claro que en la literatura de ficción no hay límites infranqueables, pero… ¿Opinas lo mismo de la vida real? ¿En qué te has inspirado para escribir la novela?
Quemar el cielo tiene bastante de purga o exorcismo. Hay elementos entresacados de la “realidad” que he vivido, pero se trata evidentemente de una fabulación que lo mismo bebe de una película que de determinadas novelas de huida y encierro. La ficción y la imaginación deberían ser enteramente libres, pero dentro de eso que llamamos realidad, los miramientos son otros porque no se puede andar por ahí imponiendo tu voluntad al prójimo. Existen derechos y deberes, no vas a abusar de nadie contra su voluntad para hacerte un mundo a medida, como hacen los mandamases de esta Europa podrida. Pero no hay que confundir eso con segar libertades y negar evidencias, porque en este universo apple, tan blanquito y profiláctico, quieren hacernos creer que ni los yayos ni los chavales follan, que los animales son nuestros iguales, que las mujeres y los menores siempre son las víctimas de los conflictos, y una larga lista de simplezas que los medios nos regalan a cada rato a cambio de apadrinar un huérfano, una señora o una cabra.
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2 comentarios:
Pero que bueno lo del universo apple, no puedo estar más de acuerdo.
Bien por el género erotico, que no tiene cabida en la manzanita.
Besos.
Respuestas inteligentes que abren la ventana de un mundo ñoño que huele a "cerrado".
¡Un beso!
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