martes, 12 de abril de 2016

Entrevista a Jordi Sierra i Fabra sobre su serie de libros protagonizada por el inspector Miquel Mascarell

«Nada más publicarse el libro la gente empezó a decir "es un gran personaje", "no lo mates", "invéntatelas para que sobreviva", "sigue con él", "no hay literatura de esos años de posguerra". Y me convencieron.»
© Carme Salvans
¿Cuándo nació el personaje de Miquel Mascarell?

Durante veinte años me rondó por la cabeza escribir una novela sobre los cuatro últimos días de la Barcelona republicana. Aquellos cuatro días en los que, a la espera de la entrada de las tropas franquistas, la ciudad se moría de hambre, frío y miedo. El 22 de enero de 1939 el Gobierno abandonó la ciudad dejándola a su suerte, miles de personas se fueron hacia la frontera para exiliarse. El ejército podía haber tardado una semana en llegar, pero lo hizo el 26 de enero. Cuatro días de infierno.
Durante esos años le di muchas vueltas. ¿Hacía una novela de amor, una novela histórica, qué? Y al final, como siempre que tengo dudas, decidí que lo mejor era escribir una novela policiaca. Y es lo que es: una novela policíaca en un marco histórico, no al revés. Ahí nació ese inspector republicano investigando un último caso, la muerte de una adolescente, porque sigue siendo policía y cree en la justicia. En Barcelona, hasta la llegada de las tropas de Franco, la gente siguió trabajando. Es algo importante y a tener en cuenta.
Escribí CUATRO DÍAS DE ENERO en 2006, llevé la novela a Plaza y Janés, les gustó, y la editaron a comienzos de 2008. Desde el primer momento fue un éxito.

¿Por qué decidiste seguir con el personaje?

Se supone que al apoderarse de Barcelona, los vencedores habrían de encarcelarle y fusilarle. Miquel es policía, no se ha metido en política. Republicano, sí, pero ni comunista ni anarquista ni nada parecido. No se ha ido al exilio porque Quimeta, su esposa, se está muriendo de cáncer. Sabe que si se queda, firma su sentencia de muerte. Sin embargo nada más publicarse el libro la gente empezó a decir “es un gran personaje”, “no lo mates”, “invéntatelas para que sobreviva”, “sigue con él”, “no hay literatura de esos años de posguerra”. Y me convencieron. Hablé con mis editores y les propuse hacer dos casos más, a modo de trilogía. Dijeron que sí y escribí SIETE DÍAS DE JULIO, novela en la que Miquel sale indultado después de haber estado ocho años y medio en el Valle de los Caídos. ¿Por qué el indulto? Lo descubre al llegar a Barcelona, una ciudad ahora desconocida para él, metido sin casi darse cuenta en un caso con uno de los nuevos estraperlistas de la ciudad. Luego llegó CINCO DÍAS DE OCTUBRE. En la primera se reencuentra con la chica a la que salvó la vida en el 39, Patro Quintana. En la segunda ya vive con ella. Son dos mitades que forman un todo, tienen una segunda vida y una segunda oportunidad, aunque el pasado les persiga, a ella porque tuvo que prostituirse para poder comer, y a él porque sigue siendo lo que fue, un inspector en la Barcelona republicana.

Pero no fue una trilogía.

No. Volvió a suceder lo mismo. ¿Tres libros? La gente quería más. Se organizaron Clubs de Fans de Miquel Mascarell y grupos de lectura de sus libros, así que esta vez nos lanzamos ya a tumba abierta, la editorial y yo. El siguiente fue DOS DÍAS DE MAYO, sobre un fallido atentado a Franco en mayo de 1949. Tuve que mesurar el paso del tiempo, porque Miquel ya es mayor. SIETE DIAS DE JULIO ocurre en julio de 1947 (en los días en que nací yo, hasta mi padre hace un cameo), CINCO DÍAS DE OCTUBRE en octubre de 1948. Quería hacer uno por año, pero ya con DOS DÍAS DE OCTUBRE me dije que tenía que acortar los plazos. SEIS DÍAS DE DICIEMBRE transcurre en diciembre del mismo 49. En él (y antes de que se hiciera la película de George Clooney sobre los Monument Men) Miquel tiene que rescatar unas obras de arte en manos de un nazi después del asesinato del Monument Men que le sigue los pasos. Este libro es básico en la serie, porque muere el comisario que se la tiene jurada desde que regresó a Barcelona, y porque aparece el personaje de Lenin después de su breve presencia en el libro anterior. Lenin es un delincuente, un vulgar chorizo que respeta a Miquel. Los dos forman una extraña pareja que da mucho juego. El sexto libro fue NUEVE DÍAS DE ABRIL, que transcurre en abril de 1950, con el trasfondo del acercamiento de Franco a los estadounidenses y la venta de suelo español para las futuras bases americanas. Incluso sale una espía rusa. Es, quizás, la más novelesca.
© Francesc Gómez
¿Y el libro de este año, TRES DÍAS DE AGOSTO?

Creo que con TRES DÍAS DE AGOSTO recupero un poco el tono dramático de los dos primeros libros. En marzo de 1938 Barcelona fue cruelmente bombardeada por la aviación italiana. Entre los escombros de una de esas bombas, la más brutal, la que cayó en el cruce de la Gran Vía con la calle Balmes, aparece un cadáver y se trata de un asesinato. Miquel no lo pudo investigar entonces porque tuvo que ser intervenido en el hospital. Otro inspector lo hizo en tres días y luego, el acusado, murió en el interrogatorio debido a problemas cardíacos. Han pasado doce años, estamos en agosto de 1950 y de pronto secuestran a Patro. Le piden a Miquel que resuelva el caso que no pudo resolver entonces, y que tiene tres días, los mismos que tardó el presunto culpable en morir. En pleno verano mi protagonista suda de lo lindo para encontrar a todos los involucrados en aquella historia de 1938 y salvar a su mujer. Pero hay algo más: descubre que Patro está embarazada (y espero que eso no sea un spoiler). La novela es trepidante y tiene un final tremendo… o así me lo parece a mí.

¿Y ahora? ¿Qué nos espera de Miquel Mascarell?

Bien, ahora que se edita el séptimo libro de la saga, puedo avanzar que el octavo ya está escrito. Suelo hacerlo así porque muchas personas al comprar uno me preguntan ya por el siguiente, así que mejor tenerlo hecho. Se titula OCHO DÍAS DE MARZO y transcurre durante la famosa huelga de los tranvías de 1951 en Barcelona. Pero hay mucho más, campos de exterminio nazis, etc. Habrá que esperar a marzo de 2017.

Se aprecia que has “gastado” ya casi todos los números del 1 al 10. ¿Cómo seguirás la serie si decides continuar?

Es una buena pregunta. No lo sé. Es cierto, menos el 1 y el 10, el primero porque en un día no puede resolverse un caso (o sí, pero no da para las páginas de un libro con Miquel de protagonista), y el segundo porque son demasiados… o eso parece de momento. De hecho tuve que hacer un enorme trabajo con OCHO DÍAS DE MARZO, el de 2017, porque sólo me quedaba ese número. Pero sinceramente no he pensado en ello. Tomaré la decisión dentro de un año, si seguimos con la serie. Hay que tener en cuenta que en diciembre de 1951 Miquel cumpliría 67 años, que en aquel tiempo eran muchos. Puede que repita números y cambie de meses. Ya veremos. Otra cuestión es que cada vez cuesta más encontrar motivos por los que él quiera investigar algo.

¿Por qué Miquel Mascarell no ha llegado al cine o la TV?

Es la pregunta del millón de dólares. He tenido algunos contactos, pero nada. Que si es caro reproducir la España de aquellos días, que si no hay dinero para un proyecto así… Tonterías. Somos lo que somos y vivimos donde vivimos. Esto es España. Todo el mundo ve a Mascarell en la pantalla menos los que tendrían que decidirse. No vivimos precisamente en Hollywood. Ni siquiera en Suecia o Francia, donde los personajes de relieve en la novela policiaca siempre acaban en el cine o la TV. Tampoco me molesta. Hay que aceptar la realidad. Lo mío es escribir, y sigo haciéndolo de la mejor manera posible.

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Entrevista de Bibiana Ripol
Este libro está editado tanto en castellano como en catalán
Jordi Sierra i Fabra (Barcelona, 1947) es uno de los autores más leídos y populares del panorama literario español y, con once millones de libros vendidos y casi cuarenta premios literarios a ambos lados del Atlántico, uno de los más sorprendentes por la versatilidad de su obra, que aborda todos los géneros. Viajero impenitente, circunstancia que nutre buena parte de su extensa producción, y comprometido con la realidad, ha creado la Fundación Jordi Sierra i Fabra en España y la Fundación Taller de Letras Jordi Sierra i Fabra en Colombia, para impulsar la lectura y ayudar a jóvenes escritores en sus primeros pasos.

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