martes, 29 de diciembre de 2009

Todas putas de Hernán Migoya

-->
Todas putas
Migoya, Hernán
Barcelona : El Cobre, 2003
ISBN: 8496095177

Dar un puñetazo en el estómago no es la mejor forma de ligarse a una chica ¡Pues claro que no! Y parece que eso es algo que el autor sabe por experiencia, porque es la primera advertencia que nos hace. A partir de ahí, deduzco que “Todas putas” no pretende ser un libro de cuentos seductor, al menos con las chicas.

Comienzo a leer.

Me encuentro con “El violador” y con “Inseparables” unos cuentos bien escritos pero que no me gustan, me dejan con un sabor de boca agrio, como cuando te explican un chiste cruel. Puede ser ingenioso, pero no todo el mundo le encuentra la gracia. Eso sí, al menos no aburren y esa cualidad en los cuentos siempre es buena.

Llegados a este punto, como soy un poco caótica, me salto una parte del libro y sin seguir un orden concreto leo “Un día de mierda” “La pelusa” “Spice up your life” “Porno del bueno” “El tímido” “Yo no tengo amigas gordas” “Utopía” y “La hormona masculina”. La cosa mejora, pero siguen sin fascinarme. Claro, que como he dicho al principio, el escritor ya sabe que “ésa” no es la manera de seducir a las lectoras.

Bueno, me confieso, comienzo a encontrar cosas que me gustan. Por ejemplo, el agudo sentido del humor y el principio de “El tímido”

“Sentir. Sólo sentir. Como cuando eras niño y únicamente percibías las cosas, sin pensamientos, sin obstrucciones verbales, sin sufrimiento”.

¡Qué bueno! ¿No? Lástima que la historia se vuelva rarita, a pesar de ser muy original, eso sí.

El esfuerzo creativo de “Todas Putas” se va haciendo evidente y la cosa se pone interesante.

Con “La hormona masculina” me parto. No me extraña que atraiga a este tipo de lectoras. La relación causa-efecto es clara y transparente. Es lo que hay ¡Ja, ja! Este tipo se ríe del lado más grotesco de las relaciones sexuales.

Ahora lo veo claro. Un disfraz histriónico para explicarnos como hombres y mujeres chocan por el lado menos agraciado. Hombres y mujeres / mujeres y hombres, uno de mis temas favoritos, aunque en un plano poco favorecido.

Hago un “marcha atrás” y me encuentro con “El trabajo”, relato que encuentro especialmente sugerente. “A por el mirón” es un gran retrato cómico de un pajillero. Sexo y humor siempre es una buena combinación y en este caso funciona bien.

“Amor a distancia” me resulta perturbador. Me pregunto si eso mismo le ocurrirá a alguno de mis admiradores (me refiero a los que se mantienen a una prudente distancia). Lo encuentro muy curioso. “La bruja” me engancha y me cautiva. Sin duda es el relato más completo de todo el conjunto. El que consigue producir más empatía con el lector, a pesar de las situaciones grotescas que se describen. Posiblemente, el más Migoya.

Y por último, “El día de la madre estéril”, el cuento que me ha parecido más original y que ha conseguido transmitirme mayor sensación de autenticidad. Supongo que es porque me ha traído a la memoria el asalto al Cine Princesa, suceso que viví en primera fila y que sirvió para que abriera los ojos, definitivamente, a muchas cosas.

He de reconocer que “Toda putas” ha sido una lectura que en muchos aspectos me ha gustado, aunque también es cierto que no me ha llegado demasiado. No acabo de entender por qué teniendo esa capacidad narrativa, el autor, nos explica justamente, el lado más tosco y, a mi parecer, menos atractivo, de las relaciones. Me hubiera gustado encontrar un poco más de la persona y un poco menos del personaje. Me hubiera gustado ver cómo reluce el combustible de un carpintero estalinista y una mujer callada.

En cuanto a la polémica que suscitó el libro, la verdad es que no entiendo nada. Supongo que fue cosa de los políticos. Si ya lo dice mi madre…, nos deberían gobernar las putas, porque sus hijos ¡Mira que fallan!

P.S. Un descansito y a por “Observamos cómo cae Octavio”, que ya lo he pedido en préstamo interbibliotecario. ...Y es que ahora me ha picado la curiosidad.

5 comentarios:

Tom/Shine. dijo...

Veo lo mucho que escribes y las referencias que hace a grandes escritores, lo que me hace pensar en lo poco que leo al año.
En fin, feliz 2010, Hare Krishna!

Patricia dijo...

Hola Tom/shine,
por lo que yo sé lo tuyo es la música, hay muchas personas que directamente la ignoran y a veces pienso que es porque no les hace falta. Imagino que no todos necesitamos las mismas cosas para vivir.

Me halaga mucho saber que este blog ha hecho que se despierte el gusanito de la lectura. Eso sí,
lee lo que te apetezca, cuando te apetezca. Y si no te gusta cambia de libro. ¡Un beso!

Patricia dijo...

Javier me hizo llegar por otra vía un comentario sobre el asalto al Cine Princesa. Y pienso que tal vez el narrador no se refería a ese suceso en concreto, pero a mí me lo devolvió a la memoria.

Esa experiencia acabó de definir mi relación con la violencia, la desmesura, la injusticia y la seguridad. Otro día escribiré sobre ello.

Volviendo al autor y a su libro,
en una ocasión un amigo mío escribió:

"Quiero contarte el secreto, quiero susurrarte al oído, quieroqueleassinpararytesientasjuntoamí".

En "El día de la madre esteril" he leído sin parar y me he sentido cerca del autor.

Las cosas que nos explica H. Migoya me parecen cada vez más interesantes. Por eso le seguiré leyendo y recomendando.

Saludos!

Natxo dijo...

Me parece muy interesante la comparativa con los chistes de cierto tipo de humor. Con algunos amigos somos aficionados, pero debemos pensar que no deben gustarle a todo el mundo.

Leyendo como comentas la obra he recordado mis inicios con Bukowski: hay cosas que me gustan , otras que no -jamás escribiría así- pero en el fondo, no puedo dejarlo.

Otra obra a tener presente.

Patricia dijo...

Lo recomiendo porque cuando más le lee más me gusta leerle. Es un mundo aparte, por fin historias complejas para adultos políticamente incorrectos ¡Cuanto lo echaba de menos!