lunes, 29 de noviembre de 2010

Lliçons de Foc, de Josep M. Argemí

Novela transformadora y sofisticada, escrita con una prosa cuidada que seduce, Lliçons de Foc ( Lecciones de fuego)  es un reto apasionante.

La narración comienza con la rotura de cristales del Químico de Sarriá, y a partir de ahí, atrapa el lector en la espiral de acontecimientos que rodean la vida del protagonista, Joan Comella. Con su mirada adolescente asistimos a la disección de la educación católica, a la impresión de sus experiencias amorosas frustradas, a las visiones nostálgicas de los veranos en el Garraf, y también, a los misterios cada vez más perturbadores, que trufan el relato.

Hasta el capítulo X, el autor se centra en explicarnos la vida del protagonista. Describe magistralmente la Barcelona burguesa del post-franquismo, con aquellas instituciones de solidez aparentemente inamovible, y la utiliza como escenario para transportarnos a un mundo de  fabulaciones juveniles. Pero no nos engañemos, no nos encontremos ante una historia costumbrista, como podría parecer. Porque en esta novela habita la imaginación más desbordante, y a partir del capítulo XI, titulado "Teología", hay un cambio, en cuanto la narración abraza con firmeza las historias delirantes de Enric, el amigo de Joan.

Para los lectores, es como si el autor dejara de lado, por fin, las explicaciones, y decidiera zambullirse en la expresión imaginativa de la historia. Entonces, estemos preparados o no, el relato nos coge del cogote y nos sumerge dentro de la fantasía más bizarra. ¡Oh, Sorpresa! ¡Maravillosa sorpresa! Y no pienso decir nada más, no quiero descubrir el misterio.

Lo que sí querría añadir, es que la prosa de Josep M. Argemí tiene un gusto por los detalles que genera lecturas muy personalizadas, pues uno puede detenerse en cualquier momento para degustar las descripciones de belleza indiscutible, que afronta rozando la perfección.

Personalmente, me he entretenido al encontrarme con Ella Fitzerald, Cole Porter o Txaikovski. Y he abierto los ojos como platos al leer las descripciones del piano, pero con la misma elegancia, describe cada ambiente con todos sus componentes, sin dejarse ningún detalle, como si vinieran de una lúcida y plena contemplación del mundo real que consigue equilibrar con las texturas mágicas de los sueños y las ilusiones.

La prosa fantástica de Josep M. Argemí tiene el ritmo sosegado y la fuerza de la naturaleza. Nos transporta, de un mundo que creemos reconocer, a otro mundo repentino, de aroma profundo y quimérico. Y todo sin hacer ruido, como un viento que sopla suave y hace volar las flores de los cerezos.

Autor: Argemí, Josep M.
Títol: Lliçons de foc
Col.lecció: Mínima minor
Publicació: Barcelona: Quaderns Crema, 2003
ISBN: 8477273987


Novela comentada en nosaltresllegim.cat

3 comentarios:

Igor dijo...

¡EEHHH! Pinta muy bien. Y la verdad es que la haces atractiva con tus palabras.
Al escritor, ni me sonaba.
Lo apunto. A ver si los Reyes son clementes.
Un beso.

Lázarus dijo...

Con estas críticas llenas de superlativos, donde no hay ni pizca de mala leche, solo consigues que los autores frustrados ( y los malos) nos animemos a escribir con tal que nos analices, y eso, creeme, puede ser horrible.

Patricia dijo...

Igor, es un relato cortito con sorpresa, y esa es la gracia. Alta narrativa fantástica catalana, aunque sea desconocidad.

X, te animo a escribir, a expresarte. Pero te advierto una cosa, mis reseñas no son gratuitamente positivas. Sólo hablo de lo que me gusta. Si una lectura no me agrada la ignoro. Será el tiempo quien decida ponerla de nuevo en mis manos, pero no habrá voluntad propia.

Salu2