sábado, 27 de agosto de 2011

Sobre la visita de Benedicto

Me encontraba estirada en la cama, escribiendo mi diario cuando empezó a llegar gente. Al parecer venían a una fiesta. Un tal Benedicto les había invitado. Las autoridades les dejaron tomar las calles. Y no sólo eso, también les permitieron acampar, les repartieron comida y les dejaron viajar en Metro gratis. Además, a la policía les caían bien, por eso les respetaron. Porque a la policía de este país lo que más le gustaba era romper las cámaras de los periodistas, aporrear a manifestantes, dejarles sin sentido en algunos casos, romper sillas de paralíticos y, sobretodo,  pegar mamporrazos a las niñas de 16 años que pasaban por ahí ¡Y luego dicen cuidado con el lobo!








Vale, vale,  ya bajo la persiana... ^_^

4 comentarios:

TORO SALVAJE dijo...

Venga, confiesa.
A que fuiste a recibirlo.

Di la verdad.

Besos.

Patricia dijo...

No hizo falta, había un ejército con cara de orgasmo para recibirle :P

Igor dijo...

Pero este tío del que hablas es como Bon Jovi, pero con menos operaciones de cirugía. Bárbaro, muy bárbaro. ¿Y esa cara de angelito opusiano? Monísimo.

Patricia dijo...

Mi única queja es que no tuvieron que pagar entrada. Todo facilidades, todo gratis ( o prácticamente)

En cuanto al resto... cada uno sabrá lo que le pone. Todos somos dueños de nuestros actos. Tener buen gusto no es una obligación.

Salu2